El presente estudio analiza el proceso de inserción de la arquitectura moderna dentro del Centro Histórico de Quito. Así, se toma el caso particular de la configuración del actual Palacio Municipal (1956-1976), el cual se emplaza en un espacio de gran connotación simbólica e histórica para los ciudadanos, como es la Plaza Grande. Esta edificación ostenta un diseño que procura armonizar con las tipologías del entorno, pero que falla en su intento, por lo cual la opinión general, durante su periodo de construcción, mostró una postura de rechazo hacia esta propuesta arquitectónica, descontento que se fundamenta en una valoración del gusto. A fin de comprender este hecho, se realiza un análisis comparativo del cambio de su forma arquitectónica con el de las estructuras de su entorno, mediante fuentes visuales que permiten demarcar criterios de transformación. De manera adicional, se entiende al mismo desde su percepción externa. Asimismo, se analiza la reacción de la opinión pública en el periodo de 1956 a 1976, tiempo durante el cual la percepción fluctuó entre un apoyo y rechazo hacia lo moderno y lo tradicional, lo que condicionó su realización. Este escrito intenta dar un razonamiento crítico desde una mirada interdisciplinaria entre la Historia del Arte y la Arquitectura.